Temprano en la mañana nos dirigimos hacia la comunidad de Gera localizada a 20 minutos aproximadamente del centro de Saraguro, entre un pintoresco camino lleno de paisajes rurales y gente amable llegamos hasta encontrarnos con Taita Pedro, él es un guía de la comunidad y ese día nos acompañaría en lo que sería la demostración de la obtención del Wajanku o Guajango, que es el mishqui o pulpa del penco, aquí se darán cuenta que en todas las propiedades siempre hay pencos.
Saludamos con Taita Pedro quien vestía con su tradicional atuendo de Saraguro y nos llevó hasta un penco enorme al borde de un maizal, aquí nos comento que para obtener el mishqui se sigue cierto proceso que comenzaba con quitar con un machete los espinos o púas de las hojas del penco, pues por su tamaño podría causar daño durante el proceso, una vez hecho esto, con el machete realizó varios cortes en el corazón del penco para poder ingresar hacia sus raíces y posteriormente raspar. Entre sus herramientas para esta actividad tenía un raspador, un machete y una taza. Una vez realizados algunos raspados en el corazón del penco, Taita Pedro, cruzó algunos palitos entre las hojas del penco y colocó una piedra como seguro para que los perros no ingresen a tomarse el líquido (mishki) que va brotando, ya que el penco quedaría en reposo por unos días para que después de ello puedan ir cogiendo el líquido, del cual se podrán recoger aproximadamente entre 3 o 4 litros por día durante unos cuatro meses.
El mishki en su edad tierna es muy apetecido por su dulzor y sobretodo por sus propiedades medicinales para el hígado y los huesos, luego ya maduro este tendrá otros usos como bebida típica o como licor fermentado, e incluso puede convertirse en licor de tequila que es comercializado en el cantón por varias marcas.
Taski Wasi
Nos despedimos de Taita Pedro con mucha alegría entre varias anécdotas que nos contó, incluida que él es una de las personas con las que puedes observar el cóndor si planificas una salida con él lo cual nos quedó pendiente para nuestra próxima aventura.
Llegamos así hasta Taski Wasi donde nuestra anfitriona Rosa nos recibió en su casa comunitaria y mirador, nos dió la bienvenida y dejamos nuestras cosas en ese lugar hasta realizar el recorrido o caminata, a través de un sendero que nos llevaría a un lugar increíble que tiene una mezcla de arqueológico y mirador, en la parte baja existe un gran valle de donde se divisan cultivos, estructuras interesantes para secar y trillar granos y un piso climático diferente.
Aquí, hay que tomar en cuenta el clima y la neblina, ya que cuando sube toda la neblina la visibilidad a todo lo explicado se vuelve más compleja.-
Cuando nos referimos a un sitio arqueológico no hablamos de una gran edificación inca o algo por el estilo, más bien, son terrazas y piedras que constituyen vestigios y que mezclados con el paisaje se vuelven spots increíbles. En el camino podrás apreciar fauna y flora local que es muy típica de este lugar, nosotros logramos ver borreguitos, flores de diversas formas y colores y hasta tuvimos suerte de encontrar y un campesino mudando a sus vacas entre los cerros.
Aquí, con el permiso de la comunidad puedes acampar y vivir una experiencia de aventura muy gratificante, para después seguir el camino y avanzar hasta tener una vista del cerro o peña también conocida como “El Infiernillo”, un lugar increíble de color rojizo que conjugado con los rayos de sol te genera una vista impresionante, se afirma que aquí es el hogar del Cóndor, pues es un ave del lugar y ha sido vista por varias personas desde tiempos antiguos, a la cuál le tienen mucho respeto.
Llegar a este lugar directamente tiene sus riesgos ya que los senderos son muy estrechos y dan hacia el vacío, por lo que se recomienda como habíamos mencionado anteriormente hacerlo con la guía de alguien de la localidad.
Avanzamos nuestro recorrido y al bajar ya sentimos otro clima, un poco más cálido y la vegetación también iba cambiando, puesto que es una zona más caliente que en su parte más baja llega hasta el río Saraguro.
Seguimos de regreso y llegamos a Taski Wasi, nuevamente, donde Rosa nos tenía preparado un menú tradicional, que constó de una sopa de granos tiernos, el plato fuerte con carne, trigo, papas y ensalada (también existen opciones vegetarianas) y nuestra chicha, luego disfrutamos de un cóctel con guajango estilo pisco sour y hasta probamos helado de guajango, todo esto con un gran servicio y una gran conversación con nuestra anfitriona.
Rosa, es una mujer muy creativa y emprendedora pues este mirador ha sido su sueño desde hace varios años y lo está cumpliendo, también es una mujer de muchas palabras pues le encanta contar sobre su proyecto mientras te da un tour por todo su complejo y te deja disfrutar de un increíble mirador junto a la casa.
Finalmente, nos despedimos de Gera y emprendimos nuestro regreso hacia Saraguro, en el camino de vuelta los contrastes del paisaje pueden cambiar ya que la neblina comienza a subir y mirarás todo de forma diferente.
Tenemos una aventura pendiente y es regresar para observar el Cóndor Andino y poder admirar su belleza en los cielos de este lindo cantón.